http://www.diarioextra.com/2012/agosto/01/opinion4.php
CUANDO EL ALIMENTO PELIGRA, ACTUEMOS PRODUCIÉNDOLO: SEGURIDAD Y SOBERANIA ALIMENTARIAS
Albino Vargas Barrantes*
Hace
rato, señales de anomalías climáticas nos mostraban que algo malo
estaba sucediendo en el entorno atmosférico global. Varias voces
relevantes a nivel mundial, así como diversas entidades prestigiosas nos
anunciaron la llegada de ese fenómeno, al cual le dieron en llamar
“cambio climático”.
El desorden de la actividad humana, principalmente la que se
desenvuelve en los entornos exacerbados de explotación bajo el sistema
capitalista neoliberal, con su lógica mercantil desenfrenada en la
industria, el transporte y la agricultura; generan una descarga de gases
perniciosos a la atmósfera, afectando su composición y estabilidad
térmica. Sus efectos abarcan a todo el planeta, estimándose cambios
extremos en las temperaturas, como pocas lluvias por unas áreas y
muchas lluvias por otras; variaciones que afectan todo organismo vivo.
Producto de esta anomalía atmosférica hoy existe una gravísima sequía
en la principal zona productora de granos de los Estados Unidos (al
cual le dicen el “granero del mundo”), donde la cosecha de maíz
amarillo, soya y trigo se ha reducido, afectando la oferta mundial.
Al día de hoy, los precios internacionales de los granos se elevaron a
niveles récord: el trigo pasó de 190 a 392 dólares por tonelada (para
la elaboración de pan y pastas); el maíz amarillo de 217 a 350 dólares
por tonelada; y la soya a casi $600 la tonelada.
Este aumento de precios disparará el precio de los alimentos para los
animales. Esto significa una elevación significativa de los precios de
las carnes de pollo, res y cerdo; así como el precio de la leche, queso,
natilla y huevos, entre otros. Además del aumento en el precio del
arroz que aumentó a 367 dólares por tonelada en el mercado
internacional.
Este hecho repercutirá en una escalada de precios en la dieta del
pueblo costarricense y del pueblo migrante, sin que nos aumenten los
salarios en la misma proporción; lo que echa por el suelo lo que
dijeron los economistas neoliberales, en virtud de su “San Benito”
ideológico extremo de que no somos “competitivos”; por tanto, según
ellos, era mejor importar todos los alimentos en lugar de dar trabajo a
nuestros campesinos y a nuestras campesinas y pagarles bien por su
actividad.
El actual modelo de desarrollo de producción de agroalimentos (según
tal concepción neoliberal), se basa en cultivos de exportación que son,
en su mayoría, postres y, con el dinero producto de exportar, compramos
alimentos. La actual problemática económica que vive Europa y Estados
Unidos, podría generar que disminuyan los volúmenes de lo que nos
compran; con lo cual ya no tendríamos el dinero necesario para adquirir
comida: frijol, maíz, soya, maíz, carnes y, parcialmente, arroz.
Recordemos que antes producíamos suficientes granos y los faltantes
se importaban. El desestímulo a la producción nacional en los últimos 25
años ha sido tan fuerte que vemos con preocupación cómo nuestros
frijoleros tienen que andar rogando para vender su cosecha; cuando esta
situación se podría mitigar fácilmente, asegurándoles y comprándoles la
producción a los pequeños y medianos productores agropecuarios mediante
el Programa de Abastecimiento Institucional (PAI), en cumplimiento del
artículo 9 de la Ley del Consejo Nacional de Producción (CNP).
Además, fortaleciendo la capacidad de servicios del Ministerio de
Agricultura y Ganadería (MAG), cuyas partidas las bajaron del 10.5 % a
menos del 1 % del Presupuesto Nacional, implicando una caída del 900 %
de los recursos económicos dedicados al Sector Agropecuario… y ahora
estamos cosechando los resultados de esa política neoliberal.
Contrariamente, debemos destacar lo que ha hecho, con éxito, el
gigante latinoamericano Brasil que incentivó la agricultura y la
comercialización de sus cosechas. Con este mecanismo, se dinamizó al
sector agropecuario brasileño, llegándose a transformar a los micro,
pequeños y medianos productores agropecuarios en generadores de empleo,
en participantes activos del desarrollo rural; asegurándoles estabilidad
con el comercio justo de sus cosechas. Igualmente con ello, Brasil
disminuyó los índices de pobreza rural en un 39 % según la Organización
Internacional del Trabajo (OIT).
Esta sequía es parte de los efectos del cambio climático, entonces la
vulnerabilidad es grave. La población tiene en forma colectiva, el
Derecho a la Alimentación, por lo que la responsabilidad está en las
autoridades gubernamentales.
En la pasada Administración, con las alarmas de alza internacional de
los alimentos (de origen especulativo), se procedió a defender los
intereses nacionales, creando un Programa Nacional de Alimentos, con
rectoría en el MAG.
Este programa fue una estrategia a la que le faltó continuidad en la
actual política nacional. Se perdió la oportunidad de garantizarle al
pueblo sus alimentos -soberanía alimentaria-; y a quienes fueron
exitosos, como los arroceros, se les castigó con una reducción de áreas
de siembra, quienes sufren las consecuencias del desestímulo a la
producción nacional; chocando con los intereses de la importación, así
como con los paneles dirigidos por COMEX, enviando mensajes que dicen
“dejen de sembrar”. Sin embargo, el entorno internacional incierto nos
dice que el precio de los alimentos va en alzada: la comida de los ticos
está en peligro.
Debemos poner gran atención a esta crisis alimentaria que es de gran
impacto mundial, por lo que es fundamental asegurar la Seguridad y la
Soberanía Alimentaria Nacional, basada en la producción nacional de
agroalimentos, y con ello reducir la vulnerabilidad de nuestra
población; así como de revivir el desarrollo rural, tan necesario para
reducir las grandes diferencias con la ciudad.
Nuestros agricultores y nuestras agricultoras tienen el conocimiento y
el sentido de responsabilidad para producir nuestros alimentos pero,
las adversidades en que lo hacen les imponen un límite. Esperamos que
ante un agravamiento de la crisis alimentaria, cuando intentemos retomar
la producción nacional, entonces no sea demasiado tarde.
Agradecemos a
la dirigencia de la ANEP en el MAG por habernos ayudado a entender toda
esta problemática.
*Secretario General Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)
--
SECCIONAL ANEP-MAG
Un Sindicato Ciudadano que apoya a la Producción Nacional dentro de nuestra Soberanía Alimentaria
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